EN CERRO LARGO TAMBIEN, TODOS HACIA ADELANTE

En la diferencia o en el acuerdo, encontremos un espacio para pensarnos y hacernos, que nos permita re descubrir el sentido nacional, lo que nos une. Revisando continuamente el legado de nuestros antepasados más luminosos, podremos encontrar los cimientos, las bases de un proyecto colectivo construido en colectivo.
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"Ciudadanos: la energía es el recurso de las almas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoria, y plantado para siempre el laurel en nuestro suelo" José G. Artigas, abril 1813.

Pienso... y... si puedo decir lo que pienso... recién ahí "luego existo" (adaptado de Descartes).

sábado, 3 de noviembre de 2012

Pensar para pensarnos... Hacer para hacernos...

Nuestros políticos en cada instancia electoral halagan a sus electores diciendo algo así “el Uruguay tiene en su gente la mayor riqueza”.... pero poco se hace para evocar ese potencial humano en lo cotidiano, en proyectos concretos, prácticos, donde se canalice ahorro local para la concreción de emprendimientos, para crear productos, procesos, patentes, registros, servicios, etc.

En las últimas décadas, esos recursos humanos valiosos se nos escurren año a año, migrando hacia países lejanos para retroalimentar otras economías. Esa cotidiana realidad, que golpea a toda la Familia Nacional, solo puede ser revertirla con un cambio de mentalidad profundo y modificando nuestra percepción del trabajo.

Nuestros abuelos hicieron Patria trabajando arduamente, muchos de los cuales, inmigrantes ellos, solo contaban con su capacidad de trabajo en un mundo con mucho menos oportunidades que las actuales. Sin embargo capitalizando coyunturas internacionales y trabajando, supieron ubicar al País en una situación de privilegio. 

Hoy contamos con un País rico en recursos materiales renovables, seguro, sumamente intercomunicado con el mundo, ordenado, ambientalmente equilibrado, con salida al mar, sin desastres naturales, creíble, con potencial humano intelectual. Pero entonces... ¿qué es lo que nos está pasando ?..., ¿por qué nos cuesta despegar?...

A nuestro modesto entender y sentir, éste fenómeno esta basada en la concepción distorsionada, enfermiza y hasta mezquina que el uruguayo tiene del Trabajo... Nos han hecho creer que el trabajo es un empleo y que nos lo tienen que dar y ofrecer, y que la condición de empleado define una relación de explotación y desventaja. También nos han dicho que el trabajo genera una plusvalía que pasa a manos del empleador de manera perversa, abusiva e injusta. Si trabajan en el sector publico, ahí nos han dicho que la antigüedad es un merito y que el cumplimiento del horario un parámetro objetivo y suficiente para medir el cumplimiento de la labor. Este conjunto de visiones parciales de la realidad, bipolares de malos y buenos, colectivizada, fuertemente ideologizada, han desdibujado la figura del trabajo, para mal, lamentablemente... 

Recuerdo leer a nuestro Presidente, hablar de que el uruguayo ama tanto a su patria como los fines de semana largo y que la gente solo quiere tener tiempo libre. Este enfoque tragicómico del trabajo, genera en el imaginario colectivo, el concepto de que trabajar es malo, "es perjudicial para la salud física y emocional"

El Trabajo es una manifestación intelectual o física mediante la cual, el ser humano se dignifica a si mismo, nutre su alma y se enorgullece de ser participe de un proceso de transformación del entorno. La remuneración es un aspecto relevante de una relación laboral, pero ella por sí sola no garantiza la dignidad ni la satisfacción personal. Hacer primar aspectos materiales en las relaciones laborales, contribuyen a deformar la visión sobre el trabajo y a desdibujar la motivación como fuente inspiradora de ese proceso creativo.

Busquemos cambiar esa percepción y veremos como los empleos desaparecen y comienzan a florecer las oportunidades, los espacios para crear, innovar, invertir ... los microemprendimientos y los macroemprendimientos.

Tan convencido estamos de esto, que a nivel local hemos comenzado desde la Comunidad a crear espacios de formación como lo es el ITC CL (Instituto Terciario Comunitario de Cerro Largo). Aquí se comparte una visión amplia, plural y creativa de que debemos aprender a emprender, aprender a creer en nosotros mismos, sobre la base de una sólida y real autoestima y el conocimiento de nuestro entorno. Pero la educación es solo un aspecto, es el árbol que había que plantar cuanto antes para que en el largo plazo regale sus frutos a las nuevas generaciones.

Pero el hoy... ¿como lo atendemos? ... estamos convencidos que el mundo globalizado ofrece mucho más oportunidades que amenazas, está en nosotros focalizar nuestro esfuerzo, entusiasmo y trabajo para salirle al cruce... Eso exige “perderle el miedo a la libertad” y desarrollar emprendimientos innovadores, con inserción internacional y que respondan a una visión colectiva, común y de largo plazo, de hacia donde caminaremos juntos.

Es acá donde se necesita un marco nacional de largo plazo, marco que debe tener la garantía que solo dan las políticas de estado... al País productivo lo queremos todos, pero tenemos que ponernos de acuerdo que pone cada quién... Cuando era niño escuchaba decir “hay que ponerle el hombro al Uruguay” pero también siendo niño-adolescente logré escuchar el crujir de la “tablita” y con él el quiebre de la capacidad emprendedora de toda una generación de uruguayos. 

Es imperioso definir urgente, Políticas de Estado en torno a cómo vamos a orientar las fuerzas de los que todavía quedamos en Uruguay para forjar a mediano y largo plazo el País Productivo. Que garantías le va a dar el Estado a los sectores productivos, en materia tributaria – fiscal, financiera, económica, laboral, ambiental, internacional, política, legal...?

Con el ánimo de aportar, desde nuestra modesto punto de vista, un País en serio debe definir una política energética basada en la desmonopolización de la generación de energía, sustentada en base a recursos renovables, esto es promover la generación de biodisel, alcohol, energía eólica, solar e hidroeléctrica, intentando canaliza ahorro local interno en emprendimientos privados nacionales. Claro está... que ésto no puede quedarse en una simple y tibia expresión de voluntad. Otra vez aparece el trabajo como el motor final que transforma el entorno.

Al mismo tiempo es necesario regionalizar y recategorizar el País rural respecto de sus recursos naturales y humanos, promoviendo estímulos tributarios, crediticios y hasta subvenciones, para el mejor uso alternativo de los recursos naturales y la conservación del entramado social de la campaña.

Los monopolios estatales o peor los privados, desaceleran la competencia y con ella disminuyen las posibilidades de tener buenos y mas baratos servicios y productos. Es aca donde hay que regular, legislar, sin temor de ahuyentar capitales. El Uruguay es pequeño y siempre tendrá el riesgo de los monopolios u oligopolios. Garantías a las inversiones pero en el marco de un País que sabe lo que quiere para sí mismo

Un País productivo necesita sus universidades e institutos de investigación al servicio de la innovación y de ese país productivo, contribuyendo en conjunto a crear soluciones innovadoras, multidisciplinarias, a sus problemáticas, para que sea menos dependiente internacionalmente y más exportador aún. 

Un verdadero país productivo no necesita un Estado tan grande, donde la productividad de los empleados se mida por horario o antigüedad, y donde se garantice inamovilidad. Al monopolio del estado le sumamos el monopolio del empleo en muchos de sus funcionarios, lo que contribuye a la deformación cotidiana sobre la visión colectiva de lo ¿qué es trabajo? ya citado al inicio de este articulo.

Un País productivo de largo plazo, necesita pensarse a sí mismo en torno a temas de logística, como moverá su producción, qué aliados estratégicos necesitará, cómo se orienta su política exterior en el área comercial, dónde y qué polos de desarrollo industrial se promoverán, que cobertura de servicios necesitará el País, como articulará el Estado con el sector privado, etc.

Todas estas medidas tienen costos políticos de corto plazo, pero son los cambios estructurales que cualquier buen padre de Familia haría para salvaguardar el progreso de su hogar, todos los verdaderos cambios implican rupturas dolorosas, como los partos, pero luego de ellas todos salimos fortalecidos...

Personalmente, quiero creer que es posible, que vamos a tener la madurez política, individual y colectiva para poder encaminar estas transformaciones, y sueño todos los días con un País más trabajador, menos diagnosticador y conflictivo, más visionario, más esperanzador, mas innovador. 

Afortunadamente, cada vez menos se escucha de “herencias malditas”, por que sobre la base del rencor, la falta de autocrítica y la visión de buenos y malos, cuando se está en el mismo barco y con un océano tempestuoso por cruzar, eso solo contribuye para licuar responsabilidades, para el reinado de los mediocres y la disolución de esfuerzos que el País no puede darse el lujo de perder.

Sueño también con un País menos nostálgico, menos revisionista, conocedor de su pasado pero con proyección hacia adelante... Quiero un País descentralizado, con una capital respetuosa de su interior, con conciencia nacional, integridad territorial y equidad en el acceso de los servicios básicos a los que un ciudadano uruguayo puede aspirar.

La fórmula es pensar y trabajar a diario convencidos que lo mejor está por venir y depende de nuestras aptitudes y actitudes ... encontrar ese porvenir ...

R. García - Publicado en Revista Cerro Largo Rural 2010

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Hay que creer en el cambio. Adelante!

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  2. Gracias Manu, aprendemos mucho de ustedes, los jovenes comprometidos en la construcción de un País mejor.

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